Diseñando empresas a la medida
El sastre es quien oficiosamente, confecciona trajes a la medida, tomando en cuenta la dimensión o longitud de cada parte del cuerpo, de forma tal, que la prenda quede simétricamente ajustada a la contextura del cliente, resaltando sus virtudes y ocultando defectos.
De la misma manera, el abogado es la persona capacitada para “confeccionar” las empresas o sociedades de acuerdo con las necesidades y operaciones que se pretenda ejecutar. Analizar la relación entre los socios y conocer la forma que se pretende trabajar también son aspectos claves a examinar.
Un par de reuniones entre los socios y el abogado de confianza pueden ayudar a establecer el tipo de sociedad más adecuado para operar según el funcionamiento que se vaya a desarrollar; no es lo mismo manejar una sociedad anónima que una sociedad de responsabilidad limitada. Estas sociedades, aunque tienen requerimientos comunes, tienen requisitos o formalidades muy distintos que pueden resultar innecesarios para ciertos tipos de emprendimientos.
Contar con estatutos de redacción estandarizados y no ajustados es una fuente de problemas. Los estatutos sociales son las reglas con las que deben operar las sociedades y los socios, al contar con estatutos estandarizados, ni siquiera conocen sus reglas de juego. Acuden a nuestro despacho, muchos clientes con estatutos de empresas constituidas que no se ajustan a sus actividades y necesidades y que luego, en lugar de ofrecer reglas claras o soluciones a conflictos que pueden surgir, simplemente generan mayores inconvenientes.
De igual manera, ocurre con la parte operativa, sin pretenderlo, peligrosamente se pueden otorgar facultades muy amplias a los dependientes; o al contrario, muy limitadas. La primera puede ser muy peligrosa por las obligaciones o consecuencias que podría causar el desempeño negligente o displicente de algún empleado o incluso peor en caso de empleados infieles. Otorgar facultadas limitadas ocasiona muchas veces pérdidas de tiempo y oportunidades de negocios ya que el dependiente debe contar con la autorización o la participación de los socios plenamente facultados y por distintas cuestiones éstos pueden encontrarse ausente o dificultarse su participación.
Muchas veces también, iniciamos el emprendimiento desconociendo algunas ventajas legales para inversiones o incluso tributarias como deducciones, exenciones o incentivos que pueden darnos una mano y ayudar a estabilizar el nuevo negocio, que en los inicios, de por sí es una etapa inestable y llena de incertidumbres. Igualmente se pueden aplicar en ciertos casos exoneración en gravámenes aduaneros o regímenes especiales.
Estos son solo algunos motivos por los que antes de iniciar su nuevo emprendimiento, debería acercarse a su sastre jurídico y asesorarse con él antes de iniciar a desarrollar su idea, de forma a confeccionarle la empresa lo más amoldada posible.